Archive for 12 de septiembre de 2013

MI DESESPERADA BUSQUEDA

Bebo003-1Hace tres años comencé un frenético estudio sobre el cáncer, como ya saben quienes me conocen, por causa de mi esposa; tuve la oportunidad de estudiar la historia de la relación entre la dieta y la enfermedad,  me emocionó encontrar autores que hace más de ciento cincuenta años habían escrito tan elocuentemente sobre la vinculación entre la alimentación y el cáncer, entre otras dolencias. Uno de dichos autores era George Macilwain, que escribió catorce libros sobre medicina y salud. Macilwain nació y creció en Irlanda del Norte. Más tarde se trasladó a Londres, donde se convirtió en un prominente cirujano a comienzos del siglo xix…miren de que época estoy hablando….después sería miembro, y luego socio honorario, del Colegio Real de Cirujanos. A la edad de cuarenta años decidió adoptar una dieta vegetariana después de descubrir que “la grasa, los aceites y el alcohol” eran las principales causas del cáncer!

Macilwain popularizó también la teoría de la “naturaleza constitucional de la enfermedad”, referida en particular a los orígenes y el tratamiento del cáncer.

 El concepto de naturaleza constitucional de la enfermedad defendía que esta no es el resultado del deterioro de un órgano, de una célula ni de una reacción, así como tampoco la consecuencia de una causa externa que actúa de forma independiente.  La enfermedad se produce por el deterioro de múltiples sistemas orgánicos. La teoría local de
la enfermedad, que afirmaba que el individuo enferma cuando un único agente externo actúa en un lugar específico del cuerpo, se oponía a ese punto de vista. En aquella época se produjo una lucha encarnizada entre aquellos que creían en la dieta y los que apoyaban la cirugía y el uso cada vez mayor de los fármacos. Los defensores de la “enfermedad local” sostenían que la causa de la enfermedad era local y que, por lo tanto, se podía eliminar o tratar localmente con sustancias químicas aisladas. En contraste, aquellos que estaban a favor de la dieta y el estilo de vida defendían que la enfermedad era un síntoma derivado de las características “constitucionales” de todo el cuerpo.
Me impresionó comprobar que esos antiguos libros contenían las mismas ideas sobre la dieta y la enfermedad que habían resurgido en las batallas por la salud de los años ochenta y se mantenian hasta la actualidad, no hace mucho si buscan en la red encontrarán la historia del Dr. Esselstyn quien fué director de la clinica Cleveland (hablo del año 2000, no hace tanto) y tras haber curado cientos de pacientes, incluso directivos de la clinica y compañeros, con un regimen alimentario, siendo él cirujano pero declarando que descreía de la cirugia y que ésta nunca sería una respuesta a la epidemia de enfermedades cardiovasculares, y que su régimen era capaz de detener e incluso revertir los trastornos cardiacos…bla, bla, bla, pues que le dieron una patada en el trasero, en el culo bah…y tuvo que dejar de tratar al público en general so pena de tener una demanda judicial, cuantas historias repetidas no? cada médico en la historia que encuentra una solucion para erradicar las enfermedades -que no incluya una patente de algún medicamento que haga millonario a algun laboratorio o magnate -caso Tamiflú- lo hechan a patadas o lo encarcelan….   —En la actualidad, la clínica inyecta células madre con el propósito de desarrollar nuevos vasos sanguíneos para el corazón. ¿No sería más fácil detener la enfermedad? Es tremendo!, ¿verdad? ¡Resulta absolutamente increíble que recibamos consejos de salud de personas que se niegan a creer en lo obvio! la cuestíon es que al Dr. Esselstyn se le prohibió formar parte de la medicina oficial !!! . Parece que es muy peligroso que algo tan simple como los alimentos sea más poderoso que todos los conocimientos sobre píldoras y procedimientos de alta tecnología. Y además cabe mencionar la pésima enseñanza en el ámbito de la nutrición que imparten las facultades de medicina y la influencia de la industria farmacéutica, sea lo que sea, me queda muy claro que a la industria médica le importa un pito nuestra salud. La cuestion es que el pobre  dr. Essyl se quedó como el penado 14 haciendo señas, se encogia de hombros y extendiendo los brazos se limitaba a decir: «Es inconcebible» .En este punto siento tantas emociones encontradas que debo hacer un alto en la escritura……

Bien, luego de unos mates retomo el texto….es que  desde que me dediqué a investigar a fondo sobre el tema voy descubriendo cosas que a veces grito, otras me revuelco en el piso golpeando con los puños y agitando las piernas como si nadara no pudiendo entender como un negocio, trillonario por cierto como los medicamentos y sus patentes, esté por encima de la vida de todo un planeta, y como es que estamos tan ciegos, y no queremos abrir los ojos, que es peor, cuando uno trata de comunicar esto lo acusan de teorias de conspiración, o de chiflado, que no tengo fundamentos, o como hace poco me dijeron…usted no es médico! no tiene chapa! ….ahhhhh hace falta ser médico para darse cuenta del embuste, del negocio nefasto que se esconde tras la mascarada de guardapolvo blanco….mi esposa deberia estar muerta ya hace un año, espero que no me encarcelen por haberla mantenido con vida desafiando el veredicto de los sabios doctores, sobre todo por no haberle dado ni uno solo de los medicamentos por ellos recetados, tal desobediencia debería acabar con mis huesos en algún lugubre calabozo, si ellos dijeron que no habia nada mas por hacer ¿que tenia yo que entrometerme en tan sabio y contundente diagnostico, acaso abré desafiado a la santa institución restableciendo la salud de mi esposa con un régimen estrictamente vegetariano, alcalinizando, remineralizando y oxigenando su organismo, envenenado, acidificado y al borde de la hipoxia debido a los medicamentos y tratamientos que ellos sabia y concienzudamente le daban con la precision cientifica que años de estudio asi lo aconsejan, sin margen de error! Sabe Dios a que poderes he desafiado, a que leyes Universales he desobedecido, si a Essyl siendo cirujano de prestigio le hecharon a patadas en el culo, a Ehret lo asesinaron, a Max Gerson lo envenenaron dos veces con arsénico, al doctor en bioquímica Burzynski no solo lo encarcelaron, le robaron sus estudios cientificos allanando con el FBI su laboratorio, le incautaron sus bienes, se lo persiguio en una batalla legal de millones de dolares, la FDA le ROBÓ la patente de una proteina que el habia descubierto solo para patentarla ella misma…..que me harían a mi entonces? …ahhhhhhhhhh que asco por favorrr, siento naúseas y otras cosas que no me dejan seguir, a veces me dan ganas de convertirme en alguna clase de super heroe que sale a matar a tanto hijo de puta, perdonen que se me suelte la cadena, pero llevo tres años conteniendo mi desconcierto, que se fué transformando en rabia, en ira, porque esto no es un descuido, es un plan perfectamente trazado, mientras nosotros discutimos por nimiedades, que el dólar, que la bolsa, que él indice de inflación………y esto no es nada nuevo, mientras buscaba datos y me instruía, me enteré de que los académicos han estado debatiendo sobre la naturaleza de la salud durante cientos e incluso miles de años. hace casi dos mil quinientos años, Platón escribió un diálogo entre dos personas, Sócrates y Glaucón, que discuten el futuro de sus ciudades.

Sócrates afirma que las ciudades deben ser simples y que los ciudadanos han de subsistir a base de cebada y trigo, acompañados de “sabores” de aceite, aceitunas, queso y “comidas campesinas a base de cebollas y col hervidas”, y de postre “higos, habas y guisantes”, bayas de mirto y hayucos, y vino con moderación. Sócrates afirma: “Y, con toda probabilidad, pasando sus días en calma y gozando de buena salud, los ciudadanos vivirán hasta una edad avanzada”.

Pero Glaucón responde que una dieta semejante solo sería apropiada para “una comunidad de cerdos”, y que los ciudadanos deben vivir “de una forma civilizada”. Y continúa: “Deben reclinarse en sus asientos y disfrutar de los platos y postres habituales de una cena moderna”. En otras palabras, los ciudadanos deben gozar del “lujo” de comer carne. Sócrates replica: “Si lo que deseas es que contemplemos una ciudad que sufre de inflamación [. . .] También necesitaríamos grandes cantidades de todo tipo de ganado para todos aquellos a quienes les apeteciera alimentarse de ellos, ¿no es así?”.
Glaucón responde: “Por supuesto que sí”. Entonces, Sócrates añade: “¿Y no crees que con la dieta que tú propones tendríamos mayor necesidad de visitar al médico que con la que yo mencionaba?”. Glaucón no puede negarlo: “Sí, así es, en efecto”. Sócrates continúa diciendo que en esa ciudad de lujos escasearía la tierra, porque se necesitarían muchas más hectáreas para criar a los animales necesarios para alimentar a todos los ciudadanos. Esa escasez provocaría que se robaran las tierras entre sí, lo cual podría precipitar conatos de violencia e incluso una guerra y, en consecuencia, la necesidad de hacer justicia. Más aún, escribe Sócrates: “¿No es cierto que cuando la dejadez y las enfermedades abundan en una ciudad, los tribunales y consultas médicas trabajan más que nunca, y que a medida que montones de personas, incluso de buena cuna, se dedican ávidamente a ejercer estas profesiones, la ley y la medicina empiezan a mantener la cabeza bien alta? En otras palabras, en esta lujosa ciudad de dolencias y enfermedades, los abogados y los médicos serán la norma”.

En este pasaje, Platón deja las cosas muy claras: comeremos animales solamente por nuestra cuenta y riesgo. Es realmente admirable que uno de los mayores intelectuales de la historia del mundo occidental condenara el consumo de carne hace casi dos mil quinientos años, pero lo es todavía más que tan pocas personas conozcan esta historia!
Casi nadie sabe, por ejemplo, que Hipócrates, el padre de la medicina occidental, defendió la alimentación como el medio principal para prevenir y tratar las enfermedades, ni tampoco que George Macilwain conocía esta verdad ni, por último, que el hombre clave en la fundación de la Sociedad Americana del Cáncer, Frederick Hoffman, también lo sabía.
¿Cómo pudo Platón predecir el futuro con tanta precisión? Él era consciente de que consumir alimentos de origen animal no conducía a la salud ni a la prosperidad verdaderas. Por el contrario, creía que ese lujo falso basado en la posibilidad de consumir animales solo daba lugar a una cultura de enfermedad, de disputas por las tierras, de abogados y médicos.

¡Esta es una descripción excelente de algunos de los desafíos que afronta nuestro país en la actualidad!

  ¿Cómo pudo Séneca, uno de los grandes eruditos de hace dos mil años, tutor y consejero del emperador romano Nerón, saber con tanta certeza cuál era el problema de consumir animales? El gran filósofo escribió:
Un buey satisface su hambre pastando en una superficie de alrededor de media hectárea; un bosque es suficiente para varios elefantes. El hombre, sin embargo, solo puede autoabastecerse mediante el pillaje de la tierra y del mar. ¡Caramba! ¿Acaso la naturaleza nos ha dado un estómago tan insaciable y, al mismo tiempo, un cuerpo tan
insignificante? [. . .] Los esclavos de la barriga (como dice Salustio) se deben contar entre los animales inferiores, pero no entre los hombres. Mejor dicho, no entre los hombres, sino más bien entre los muertos [. . .] Podrías escribir en la puerta de sus casas: “Estos tienen una muerte anticipada”.   ¿Cómo pudo George Macilwain predecir el futuro
cuando afirmó que la teoría local de la enfermedad no conduciría a la salud? Incluso hoy en día, no tenemos medicinas ni procedimientos que prevengan, eliminen y traten de forma eficaz las causas de ninguna de las enfermedades crónicas. Será que enfermo crónico factura de por vida y enfermo que previene no es rentable al sistema médico ni a la industria farmaceutica?

Los tratamientos y métodos de prevención más efectivos han demostrado ser la dieta crudivegana y los cambios en el estilo de vida, un enfoque integral y holistico para la salud, quien les escribe y mi esposa somos el claro ejemplo de ello.

Carlos Borrás

PD. Gladys Bria te amo, sin este amor toda esta cruzada «cientifica» no habría sido posible, hoy ambos crecimos gracias a la enfermedad, nos despertó de un letargo y nos puso a trabajar en algo tan útil como difundír nuestra experiencia desinteresadamente a quien pudiera necesitarlo.